miércoles, 10 de marzo de 2010

Una reflexión sobre el Patrimonio Cultural Municipal

Por Juan José Mesa

Nuestro país está nuevamente metido en lo que debería ser la alternancia en el ejercicio del Poder político, de cara a las Elecciones Congresionales y Municipales el 16 de mayo próximo.
En todos los rincones de nuestros municipios las tradicionales fuerzas políticas presentan candidaturas como opciones de cambio. Discursos van y vienen; pero ninguno de los munícipes que aspiran a dirigir las alcaldías saca a relucir cuáles serán las políticas culturales que aplicarán en caso de ganar el favor del Soberano pueblo.

En cuanto al Patrimonio Cultural Municipal es notorio: falta de coordinación en las inversiones, inexistencia de departamentos específicos para la gestión del Patrimonio Histórico e insuficiencia de medios humanos y técnicos.
La situación general que presenta la gestión del patrimonio cultural en casi la totalidad de las administraciones locales en nuestro país, es deficitaria y, deficiente, fruto de una larga tradición de abandono por parte los ayuntamientos, unida a una cultura funcionarial excesivamente burocrática que durante mucho tiempo ha considerado el patrimonio cultural como una carga que se debe soportar con resignación.

Esta situación nos obliga llamar a reflexionar y traer el tema al debate electoral, y le solicitamos, a los candidatos a las alcaldías de las principales ciudades del país, que incluyan en sus programas políticos directrices específicas sobre lo que harán en Cultura y hacerla de público conocimiento, con la finalidad de contribuir a que el Patrimonio Cultural Municipal, en sus diversas manifestaciones, sea de dotado esfuerzos estratégicos excepcionales, para su aprovechamiento y el enriquecimiento que reclama. Así como emprender desde la administración municipal la búsqueda de las herramientas encaminadas a potenciar el manejo patrimonial, lo cual constituye una extraordinaria fuente de riqueza material y de desarrollo para nuestros municipios.

La cultura, y el arte en particular, no son solo activos de largo plazo y la base de cualquier desarrollo de una Nación, sino que también la cultura y el arte son renglones de desarrollo económico y fuentes de ingresos importantes para el Estado.
Creemos que existe la esperanza de un mejor mañana y que otra República Dominicana es posible. Esperemos que el Todopoderoso nos ilumine el próximo 16 de mayo.

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